¿Qué haces cuando tienes una planta de albahaca enorme que no para de crecer? ¡Regalar albahaca a tus vecinos!

Alguna vez había comprado pequeñas plantitas cuando vivía en Barcelona. Las vendían en el Veritas de al lado de mi casa. El resultado siempre era el mismo. Tras unos meses, la planta se acababa muriendo. No porque no la cuidase y regase. Sigue siendo un misterio para mí el porqué.

Regalar albahaca a tus vecinos
Foto de Markus Spiske en Unsplash

Este último año ha sido distinto. Compramos para nuestra casa un pequeño huerto urbano. Plantamos un par de plantas en Octubre. ¡Han crecido tanto que los tallos se han convertido en ramas!

Ante la avalancha de albahaca a la que nos enfrentamos, se nos ocurrió que sería una buena idea regalar a los vecinos. Nos daba algo de vergüenza, porque lo cierto es que no tenemos mucho contacto con ellos.

Por contra, siempre decimos que cada vez vivimos más rodeados de gente pero nos sentimos más solitarios. Así que esa era una buena forma de empezar a crear comunidad. De cambiar esa sensación que nos invadía.

Hicimos unos paquetitos muy monos. Escribimos unas cartas. Bueno, quizá aquí el plural sea exagerar. Para eso, mi mujer tiene un don y se encargó ella. Y las dejamos en las puertas.

La respuesta al regalo fue súper bonita. Ya sabéis que uno de mis retos de este 2020 es dar sin esperar nada a cambio. Y así lo hicimos con este regalo de albahaca.

Una de las vecinas subió a agradecérnoslo personalmente y se la notaba muy feliz y conmovida por nuestro pequeño acto. Otra vecina, que se acaba de mudar hace nada, nos dejó una bolsa en la puerta. Al llegar un día, la abrí y vi que tenía rúcula. Y un mensaje diciendo que era ecológica y de su huerto. ¡Qué felicidad!

Creamos algo de magia en nuestro edificio. Y ya estamos pensando en la temporada de tomates para regalar más cosas.

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