Soy tremendamente infeliz...

 

Hace falta tener muchos huevos. O muchos ovarios.

Si vivimos en una sociedad en la que la puta Isla de las Tentaciones, el Instagram, el Tik Tok, el Sálvame y demás mierdas atrapavidas lo petan, es porque las personas con dos esferas bien plantadas escasean.

Es normal. Es mucho más fácil apagar el cerebro y no pensar.

Lo otro, requiere valentía. Requiere mirarse al espejo. Y no para quedarse embelesado como Narciso y acabar muriendo, no.

Mirarse para decirte, joder, no soy feliz. Y dejar que esa sensación te recorra y te destroce por dentro, casi hasta reventarte.

Y con el último aliento, casi cuando ya no ves más que la luz blanca al final del túnel, recordar que has tenido los santos cojones, o cojonas, de plantarte ahí. De dejártelo sentir.

Y que puedes usar esa misma energía en cambiar la sensación.

Que si has sido tan valiente como para hacer eso, puedes hacer mucho más.

Que miedo lo sentimos todos, pero lo que decidimos hacer con él, y que sea para nuestro mayor provecho, solo unos pocos lo logran.

Y tú estás ahí, delante del espejo, con el miedo a tu vera.

Lo miras. Te mira. Os miráis los dos en el reflejo. Y tomáis una decisión.

Mira. No sé si soy la mejor persona planificándome las semanas.

He leído mucho sobre ello, pero hay domingos o lunes en que no encuentro ni el tiempo ni las ganas para sentarme y priorizar.

Aun así, es algo que hago a menudo. No me martirizo cuando no sucede, pero consigo que haya más veces en que pasa, que veces en las que no.

Sobre cómo aprovechar mejor tu tiempo, cómo sentirte abundante de él, tengo audio que te puede ayudar.

Cuando pones intención en lo que haces, tu vida cambia. Te permites tener más tiempo en el que haces cosas que te llenan.

Poco a poco, la sensación de infelicidad se desvanece.

Ese audio te lo regalo al suscribirte a mi newsletter.

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Mira, ojalá este sea el comienzo de una larga relación.

Casi seguro que no nos vamos a conocer en persona, pero espero entretenerte todos los días.

Sí, todos los días. Si esto es un problema, no dejes tu email.

Ah! También espero venderte algo en cada email. Sí, cada email que te enviaré te intentará vender. Mis cursos, mis servicios, lo que sea.

Siempre en tu mejor interés.

Y en el mío, de paso.

Si un intento de venta lo ves peor que conjuntar azul y negro, pues tampoco te des de alta.

 

PD: Una de las respuestas que más rabia me da cuando le pregunto a alguien cómo le va es “no me da la vida”.

Escucha.

Hay personas que están haciendo cosas grandiosas ahí fuera. Y que compaginan eso con su vida personal. 

Si tú dices “no me da la vida”, corre, deja tu email y recibe el audio.

 

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